martes, 12 de noviembre de 2013

Caso clínico: Cirugía vascular -PARTE 1-

¡Otra semana más! ¿Qué tal estamos?

En esta ocasión vengo a contar un caso clínico que tengo la oportunidad de seguir día a día en el hospital.
¡Espero que os interese!

CASO CLÍNICO
Paciente de entre 50 y 60 años con ingreso programado para tratamiento antibiótico previo a una intervención quirúrgica.

Entre sus antecedentes observamos que tiene HTA, bien controlada con medicación; y DM II, bien controlada por la dieta.
El paciente cuenta ser exfumador y exbebedor importante.

Entre sus intervenciones previas, para esta entrada, destaco tres:

  1. Primera intervención provocada por aparición de úlceras vasculares en MMII.La finalidad de la intervención era observar los vasos sanguíneos que tenía el paciente para un posible bypass. 
  2. Bypass, que resultó ser poco efectivo.
  3. Última interveción: Amputación de las falanges 2,3 y 4 del MII


El paciente me contó haber estado un largo periodo de tiempo ingresado en el hospital, debido a las intervenciones. Tras ello, se fue de alta.

En una de sus visitas rutinarias a la consulta de su médico vascular, este estimo oportuno la amputación del MII por isquemia crítica, dado que las úlceras vasculares no solo no cesaban, sino que evolucionaban desfavorablemente. Para lo que tenía que ingresar una semana antes para tratamiento antibiótico.


INGRESO
El mismo día del ingreso los cirujanos vasculares vinieron a verle, para valorar la operación que días después se le iba a realizar.

Al destapar la extremidad se podía observar la presencia de una úlcera vascular en el lugar donde antes estaban las falanges que le fueron amputadas. Y otra en la zona postero-medial del pie.

En la exploración, los vasculares descubrieron que ambas úlceras estaban conectadas interiormente, y que entre ellas había una "bolsa" de pus. Tras esto, decidieron bajarle a quirófano para drenar esa bolsa de pus, ya que la misma había provocado la infección no solo del pie, sino también de la pierna.


(Foto de Google imágenes)

A pesar de esta intervención, seguía pendiente la amputación de la extremidad izquierda.


DÍA DESPUÉS
El paciente paso gran parte del día en Reanimación.

Al día siguiente, ya en planta, refería dolor agudo a pesar de tener puesto un catéter epidural, por lo que se le administraba analgesia de rescate.

Al levantar la herida, observamos que se le había realizado una amputación transmetatarsiana del pie izquierdo. También tenía la planta de la extremidad abierta de posterior a inferior. Con un drenaje penrose que permitía la salida de pus al exterior.

Drenaje Penrose



La cura de la herida la realizamos de la siguiente manera:
1º. Lavamos la herida con SF 0,9%. Utilizamos una sonda femina para alcanzar los sitios de mayor profundidad.
2º. Secar sin arrastre.
3º. Introducir torundas de gasas empapadas de suero hipertónico en el lecho de la herida, hasta taparlo completamente.
4º. Hidratar la piel de alrededor. En general es muy importante la hidratación de la piel en todos los pacientes. Pero me atrevo a decir que, en el caso de este paciente, lo es más ya que depende de como se encontrase la piel de alrededor, la amputación del miembro inferior sería mas distal o más proximal. (El paciente me transmitió su preocupación al existir la posibilidad de que le amputasen la pierna por encima de la articulación de la rodilla)
5º. Vendaje no compresivo. En pacientes con problemas vasculares es muy importante el no utilizar prendas que aprieten, o que queden muy tensas. Ya que puede provocar la aparición de más lesiones.








¡Y hasta aquí la entrada de hoy!
Más adelante seguiré contando la evolución del caso. Y en la próxima entrada hablaré de conceptos que he descrito hoy y sobre los que me gustaría profundizar más.

¡Espero que os haya despertado la curiosidad!



Nunca se ha logrado nada sin entusiasmo.
Ainhoa.



viernes, 1 de noviembre de 2013

Volvemos a la carga!

Otra vez estamos por aquí!

Tras un verano genial.. VOLVEMOS, con las pilas mas cargadas que nunca, y con el buen sabor de boca que me dejaron mis prácticas del año pasado.

Ya nos queda menos para ser los buenos profesionales que estaba escrito que fuésemos, ya llegó TERCERO DE ENFERMERÍA, y aquí estamos, otro año más, en el Hospital Fundación de Alcorcón para intentar dejar el listón bien alto!

En mi caso, empiezo por la rotación de hospitalización y, sinceramente, estoy encantada con ello. Me parece la mejor manera de adaptarse al ritmo de vida que nos tocará llevar este curso, una rotación en la que nos sabemos manejar (de mejor o peor manera) pero por lo menos sabemos a lo que nos enfrentamos.

Un curso más, pude elegir el hospital que realmente yo quería.
Este curso me ha tocado en la unidad de cirugía, que engloba muchas especialidades. En mi unidad he trabajado con las especialidades de urología, ginecología, otorrinolaringología, vascular y cirugía general.

Creo que es todo un reto adaptarse a esta unidad, y puedo decir con una sonrisa en la cara que me he adaptado a la perfección.
Desde el primer día me sentí muy bien recibida, muchos profesionales que se preocupaban de que yo aprendiera todo lo que fuera posible. Muchas palabras de agradecimiento y de ánimo que suben bastante la moral y aumentan las ganas de seguir aprendiendo.

De entre todas las especialidades que hay en mi planta, la que más me ha llamado la atención, sin lugar a dudas, ha sido la de vascular. Es muy interesante ver los diferentes casos que se presentan, y las maneras de realizar nuestros cuidados para la mejora de esos casos.


Y hasta aquí mi primera entrada, aunque no la última.

¡Nos vemos!



No te preguntes qué necesita el mundo, pregúntate qué te hace sentir vivo y ¡HAZLO! Porque lo que el mundo necesita es gente que siga viva.
Ainhoa.